Buenas Gente
Este reportaje corresponde al viaje al encuentro de Barker en 2014, en 2015 se nos pasó, espero poder ir este año.
La idea que teníamos era de salir el jueves a la madrugada, para aprovechar mas el viaje y para zafar del calor terrible que está haciendo ultimamente. Pero surgió un imprevisto y tuvimos que arrancar el viernes a las diez de la mañana, eso sí, no pasamos frío en ningún momento .
(Click en las fotos para agrandar)
La ventaja de ir en moto con treinta y ocho grados a la sombra (cincuenta sobre el asfalto) es que no andan ni las lagartijas, toda la Ruta 29 para nosotros, ni en los puestos de la policía caminera había un alma.
Cerca de Ayacucho, se nota que hace algún tiempo que no llueve.
Ya en la Ruta 74, al fondo, lejos, las Sierras de Tandil.
Llegando a las cercanías de Tandil, había algunas obras sobre la ruta, pobre la gente que estaba trabajando ahí con ese calor, si observan verán que el chivato de la presión de aceite de la Guzzi está prendido, era tal el calor que la bomba al ralentí no daba presión como para que se apague.
Las sierras de Tandil.
Un tramito de Ruta en las cercanías de Tandil.
Como había llenado el tanque en la estación de servicio de Ayacucho, no hizo falta entrar a Tandil y seguimos por la Ruta 74 unos cuarenta kilómetros mas hasta el cruce con el camino de acceso a Barker.
Un tramito por la ruta de acceso a Barker, bastante roto por los camiones que llevan y traen a la fábrica de cemento Portland.
Una de las formaciones rocosas carcterísticas de la zona.
Se venía formando una tormenta, pero recién el sábado refrescó un poco.
Casi entrando al pueblito lo alcanzamos al Indio, que venía renegando con el embrague de la "Royal Infiel", que en las subidas patinaba un poco.
Nos quedamos detrás del Indio hasta llegar al encuentro, por si el embrague de la Royal decidía plantarse le tirábamos una soga.
Cuando llegamos a donde acampamos siempre ya estaba estacionada la Capri del Letrado Meyer.
También estaba el Diente con su BMW del Ejército Zapatista.
El Indio en plena reparación, la vibración británica (perversa y levógira), le aflojó el registro de la varilla de empuje del embrague.
Dos clásicas
El sábado al mediodía comimos un asado con unos amigos de Berazategui que conocemos desde los primeros encuentros de motos, a mediados de los ochentas.
Hacía un calor de los mil demonios, he aquí un perro inteligente.
El Indio y el Manchao, preparandose para salir en la Infiel.
El Gallego y Laurita se vinieron de Mar del Plata en la R65 África Korps.
El Rafa en la BSA y Kai en la Aermacchi 175 se vinieron de Necochea, 200 km por caminos rurales de tierra, a las clásicas les gustan mas que los caminos de asfalto.
Cae la tarde sobre el encuentro.
Dany de Mar del Plata.
Un ratito antes de ir a comer.
Cenando en el único restorán abierto del pueblito.
El domingo a la mañana todos empiezan a arrancar para el retorno, Elmer y Señora se vuelven a Mar del Plata en su Mondial 250.
Dany en la R80 Paris-Dakar.
Carlitos Gogorza en su Kawa 650 cola de pato.
Nosotros decidimos volver el lunes par evitar el combate de los domingos en las rutas de aceso a Buenos Aires, ya solo quedaban unas pocas motos, aquí estoy probando la Yamaha de Truku.
La guzzi esperando ser ensillada para volver a la ruta.
A la tardecita solo quedan los chimangos, picoteando los restos de los asados.
El lunes a la mañana desarmamos el campamento, nos despedimos de la poca gente que quedaba y arrancamos el viaje de vuelta, por suerte hacía menos calor y la luz de presión de aceite de la Guzzi no se prendió en ningún momento. Paramos un par de veces a tomar una coca y cargar nafta, y a eso de las cuatro de la tarde estábamos de nuevo en La Plata.
Saludos cordiales...
juan
Este reportaje corresponde al viaje al encuentro de Barker en 2014, en 2015 se nos pasó, espero poder ir este año.
La idea que teníamos era de salir el jueves a la madrugada, para aprovechar mas el viaje y para zafar del calor terrible que está haciendo ultimamente. Pero surgió un imprevisto y tuvimos que arrancar el viernes a las diez de la mañana, eso sí, no pasamos frío en ningún momento .
(Click en las fotos para agrandar)
La ventaja de ir en moto con treinta y ocho grados a la sombra (cincuenta sobre el asfalto) es que no andan ni las lagartijas, toda la Ruta 29 para nosotros, ni en los puestos de la policía caminera había un alma.
Cerca de Ayacucho, se nota que hace algún tiempo que no llueve.
Ya en la Ruta 74, al fondo, lejos, las Sierras de Tandil.
Llegando a las cercanías de Tandil, había algunas obras sobre la ruta, pobre la gente que estaba trabajando ahí con ese calor, si observan verán que el chivato de la presión de aceite de la Guzzi está prendido, era tal el calor que la bomba al ralentí no daba presión como para que se apague.
Las sierras de Tandil.
Un tramito de Ruta en las cercanías de Tandil.
Como había llenado el tanque en la estación de servicio de Ayacucho, no hizo falta entrar a Tandil y seguimos por la Ruta 74 unos cuarenta kilómetros mas hasta el cruce con el camino de acceso a Barker.
Un tramito por la ruta de acceso a Barker, bastante roto por los camiones que llevan y traen a la fábrica de cemento Portland.
Una de las formaciones rocosas carcterísticas de la zona.
Se venía formando una tormenta, pero recién el sábado refrescó un poco.
Casi entrando al pueblito lo alcanzamos al Indio, que venía renegando con el embrague de la "Royal Infiel", que en las subidas patinaba un poco.
Nos quedamos detrás del Indio hasta llegar al encuentro, por si el embrague de la Royal decidía plantarse le tirábamos una soga.
Cuando llegamos a donde acampamos siempre ya estaba estacionada la Capri del Letrado Meyer.
También estaba el Diente con su BMW del Ejército Zapatista.
El Indio en plena reparación, la vibración británica (perversa y levógira), le aflojó el registro de la varilla de empuje del embrague.
Dos clásicas
El sábado al mediodía comimos un asado con unos amigos de Berazategui que conocemos desde los primeros encuentros de motos, a mediados de los ochentas.
Hacía un calor de los mil demonios, he aquí un perro inteligente.
El Indio y el Manchao, preparandose para salir en la Infiel.
El Gallego y Laurita se vinieron de Mar del Plata en la R65 África Korps.
El Rafa en la BSA y Kai en la Aermacchi 175 se vinieron de Necochea, 200 km por caminos rurales de tierra, a las clásicas les gustan mas que los caminos de asfalto.
Cae la tarde sobre el encuentro.
Dany de Mar del Plata.
Un ratito antes de ir a comer.
Cenando en el único restorán abierto del pueblito.
El domingo a la mañana todos empiezan a arrancar para el retorno, Elmer y Señora se vuelven a Mar del Plata en su Mondial 250.
Dany en la R80 Paris-Dakar.
Carlitos Gogorza en su Kawa 650 cola de pato.
Nosotros decidimos volver el lunes par evitar el combate de los domingos en las rutas de aceso a Buenos Aires, ya solo quedaban unas pocas motos, aquí estoy probando la Yamaha de Truku.
La guzzi esperando ser ensillada para volver a la ruta.
A la tardecita solo quedan los chimangos, picoteando los restos de los asados.
El lunes a la mañana desarmamos el campamento, nos despedimos de la poca gente que quedaba y arrancamos el viaje de vuelta, por suerte hacía menos calor y la luz de presión de aceite de la Guzzi no se prendió en ningún momento. Paramos un par de veces a tomar una coca y cargar nafta, y a eso de las cuatro de la tarde estábamos de nuevo en La Plata.
Saludos cordiales...
juan