Hola!
El sabado 13 de agosto nuestro grupo local tandilero se lanzó a la ruta con el objetivo: Carhué y las ruinas de Villa Epecuen!
Originalmente la idea habia partido del nuevo foro de Viajando en Moto del que iban ir algunos para encontarnos allá pero no funcionó la coordinación y nunca los vimos.
Fuimos de la partida los habituales: Quique (Honda Rally 300), Gastón (Keller Quasar), su hermano Pablo que vino especialmente de La Plata (flamante Rouser NS 200) y yo en mi viejita y fiel Honda Sahara.
La cosa empezó mal de entrada a solo 50 km de Tandil. Gastón con dudas sobre la confiabilidad de su moto y Pablo en ablande de la moto nueva iban muy despacio por lo que me adelanté como para inducirlos a apurar un poquitín nomás el ritmo. De pronto me encontré solo y al volver sobre mis pasos encontré a los otros sobre la banquina casi frente al desvio de la RP 74 hacia Barker, con cara de velorio. Había detonado la Keller con un ruido explosivo, humo blanco por los escapes y el motor quedó engranado. Mi propuesta fué abortar todo con un criterio de solidaridad pero los dos hermanos insistieron para que los restantes siguiéramos, Pablo sí se plantó en hacerle pata a Gastón para esperar la batea.
De esta manera seguimos solos Quique y yo ya a un ritmo más rápido. Cargamos nafta en Juarez ya que no teníamos certeza que sobre la ruta elegida hubiera estaciones de servicio porque había decidido ir por la RP 86 hasta la RP 60 que lleva a Carhué. Fué un error!
Ya desde Tandil soplaba un fuerte viento de frente que se agravó en Juarez desde el costado oeste al punto que íbamos con las motos inclinadas, y no habia ni una estación de servicio ni lugar para parar a comer nuestros sandwichitos. Pasando Lamadrid encontramos una cava que ofrecía un poco de reparo, almorzamos y descansamos.
Llegando a la RP 60 doblamos hacia el oeste por un asfalto que a los quince km se transformó en un camino de tierra primero pasable y luego en una simple huella con restos de un asfaltado destruido, profundas huellas de carros y tractores, unos pozos increible y nadie a la vista. Esta tortura que nos impedía ir a más de 30/40 km/h duró mas de 50 kilómetros y el asfalto recién recomenzó en el cruce con la RP 85. Y no había donde reponer combustible, aún entrando en Lamadrid había más de 150 Km, 200 desde Laprida, unos 290 desde Juarez hasta Carhué. De pronto la Sahara pidió la reserva, a Quique se le prendió la alarma (la Rally no tiene posición de reserva en el llavín). A solo 15 km de nuestro destino en Carhué me quedé sin nafta. Repuse del bidón que siempre llevo dejando la mitad para mi compañero que no obstante llegó con las últimas gotas.
En la Shell nos sacamos unas fotos frente a un imponente "monstruo" de pickup levantada con ruedas de tractor, y cruzamos la ciudad hasta la costa del lago buscando el camping. Había uno municipal justo frente al terraplén antiinundaciones y allí nos quedamos. Levantamos campamento, compramos algo para hacer a la parrilla, y al anochecer hicimos una caminata por el borde del lago. Había un grupo de seis motoviajeros de Santa Rosa, todos muy tranquis y respetuosos y a la noche llegó otra moto con una parejita. Del grupo de gente del foro de Viajando en Moto no encontramos a nadie.
La primera hora de la noche nos torturó el pumpum de un boliche cercano puesto a todo volumen, realmente una barbaridad pero que cesó de repente y pudimos dormir en paz. Hizo un poquito de frio pero nada del otro mundo.
Yo me levanté a las ocho y media, Quique ya estaba bañándose. Desayunamos unas facturas que yo había traído de Tandil y mate, no hizo falta mi calentador ya que el amable cuidador del camping nos tenía siempre el termo a punto.
Un punto a resaltar es que todos parecen ser allí muy amables, saludan al cruzarse aún a los extraños, nos ofrecieron llevarnos cuando caminábamos de regreso la noche anterior, los del camping estaban pendientes de todo, en fin, algo a lo que NO estamos acostumbrados!
Luego del desayuno nos fuimos a hacer el circuito con las motos livianas dejando todo el equipaje en el camping. Primero a las ruinas del matadero modelo, y luego a las ruinas propiamente dichas. Nos llamó la atención que cobraban, y $ 50 por persona. A cambio hay mucha cartelería, folletos, seguridad y un centro de interpretación en la ex estación Villa Epecuén donde llegaba antes el tren turístico.
Las ruinas son eso, ruinas y sin interés arquitectónico salvo la historia de sufrimiento de esa gente que perdió todo en 1985 cuando las aguas se salieron de control. Todo parece Hiroshima o Nagasaki luego de la atómica, los árboles muertos no hacen sino resaltar el ambiente tétrico que ofrece el conjunto. Pero va muchisima gente, y aún no era temporada.
De común acuerdo con Quique en el sentido de que el lugar no nada para mucho más decidimos volvernos a Tandil ese día.
Levantamos el campamento, cargamos las motos y salimos a la ruta con bastante calor. Dado el fiasco de la ruta de ida decidimos volver por Coronel Suarez, para repostar en San Eloy en el cruce de la RP 85 y RP 76 donde ya empezó el frío viendo señales de lluvia hacia el sur.
A partir de allí cada vez hizo más frío y llegamos a Tandi ya con noche cerrada y bastante congelados.
Ambas motos se portaron a la altura de las circunstancias e hicieron sin problemas los 802 kilómetros que recorrimos.
Hubo mucho turismo en moto este finde, en Carhué además de los del camping vimos muchos otros y en la ruta nos cruzamos por lo menos con cuatro o cinco grupos. Cerca de San Eloy nos cruzamos con una chopera muy grande tipo Harley Davidson que arrastraba un trailer de una sola rueda.
Para el analisis queda si justificó hacer tantos km de ruta para ver lo que vimos. Como siempre es lindo salir en moto independientemente del destino, en este caso haber conocido el escenario de un drama humano, la buena onda con mi compañero de otra generación y el placer del campamento.
Saludos a todos,
GUIDO
Me da fiaca enderezarla, disculpen!
El sabado 13 de agosto nuestro grupo local tandilero se lanzó a la ruta con el objetivo: Carhué y las ruinas de Villa Epecuen!
Originalmente la idea habia partido del nuevo foro de Viajando en Moto del que iban ir algunos para encontarnos allá pero no funcionó la coordinación y nunca los vimos.
Fuimos de la partida los habituales: Quique (Honda Rally 300), Gastón (Keller Quasar), su hermano Pablo que vino especialmente de La Plata (flamante Rouser NS 200) y yo en mi viejita y fiel Honda Sahara.
La cosa empezó mal de entrada a solo 50 km de Tandil. Gastón con dudas sobre la confiabilidad de su moto y Pablo en ablande de la moto nueva iban muy despacio por lo que me adelanté como para inducirlos a apurar un poquitín nomás el ritmo. De pronto me encontré solo y al volver sobre mis pasos encontré a los otros sobre la banquina casi frente al desvio de la RP 74 hacia Barker, con cara de velorio. Había detonado la Keller con un ruido explosivo, humo blanco por los escapes y el motor quedó engranado. Mi propuesta fué abortar todo con un criterio de solidaridad pero los dos hermanos insistieron para que los restantes siguiéramos, Pablo sí se plantó en hacerle pata a Gastón para esperar la batea.
De esta manera seguimos solos Quique y yo ya a un ritmo más rápido. Cargamos nafta en Juarez ya que no teníamos certeza que sobre la ruta elegida hubiera estaciones de servicio porque había decidido ir por la RP 86 hasta la RP 60 que lleva a Carhué. Fué un error!
Ya desde Tandil soplaba un fuerte viento de frente que se agravó en Juarez desde el costado oeste al punto que íbamos con las motos inclinadas, y no habia ni una estación de servicio ni lugar para parar a comer nuestros sandwichitos. Pasando Lamadrid encontramos una cava que ofrecía un poco de reparo, almorzamos y descansamos.
Llegando a la RP 60 doblamos hacia el oeste por un asfalto que a los quince km se transformó en un camino de tierra primero pasable y luego en una simple huella con restos de un asfaltado destruido, profundas huellas de carros y tractores, unos pozos increible y nadie a la vista. Esta tortura que nos impedía ir a más de 30/40 km/h duró mas de 50 kilómetros y el asfalto recién recomenzó en el cruce con la RP 85. Y no había donde reponer combustible, aún entrando en Lamadrid había más de 150 Km, 200 desde Laprida, unos 290 desde Juarez hasta Carhué. De pronto la Sahara pidió la reserva, a Quique se le prendió la alarma (la Rally no tiene posición de reserva en el llavín). A solo 15 km de nuestro destino en Carhué me quedé sin nafta. Repuse del bidón que siempre llevo dejando la mitad para mi compañero que no obstante llegó con las últimas gotas.
En la Shell nos sacamos unas fotos frente a un imponente "monstruo" de pickup levantada con ruedas de tractor, y cruzamos la ciudad hasta la costa del lago buscando el camping. Había uno municipal justo frente al terraplén antiinundaciones y allí nos quedamos. Levantamos campamento, compramos algo para hacer a la parrilla, y al anochecer hicimos una caminata por el borde del lago. Había un grupo de seis motoviajeros de Santa Rosa, todos muy tranquis y respetuosos y a la noche llegó otra moto con una parejita. Del grupo de gente del foro de Viajando en Moto no encontramos a nadie.
La primera hora de la noche nos torturó el pumpum de un boliche cercano puesto a todo volumen, realmente una barbaridad pero que cesó de repente y pudimos dormir en paz. Hizo un poquito de frio pero nada del otro mundo.
Yo me levanté a las ocho y media, Quique ya estaba bañándose. Desayunamos unas facturas que yo había traído de Tandil y mate, no hizo falta mi calentador ya que el amable cuidador del camping nos tenía siempre el termo a punto.
Un punto a resaltar es que todos parecen ser allí muy amables, saludan al cruzarse aún a los extraños, nos ofrecieron llevarnos cuando caminábamos de regreso la noche anterior, los del camping estaban pendientes de todo, en fin, algo a lo que NO estamos acostumbrados!
Luego del desayuno nos fuimos a hacer el circuito con las motos livianas dejando todo el equipaje en el camping. Primero a las ruinas del matadero modelo, y luego a las ruinas propiamente dichas. Nos llamó la atención que cobraban, y $ 50 por persona. A cambio hay mucha cartelería, folletos, seguridad y un centro de interpretación en la ex estación Villa Epecuén donde llegaba antes el tren turístico.
Las ruinas son eso, ruinas y sin interés arquitectónico salvo la historia de sufrimiento de esa gente que perdió todo en 1985 cuando las aguas se salieron de control. Todo parece Hiroshima o Nagasaki luego de la atómica, los árboles muertos no hacen sino resaltar el ambiente tétrico que ofrece el conjunto. Pero va muchisima gente, y aún no era temporada.
De común acuerdo con Quique en el sentido de que el lugar no nada para mucho más decidimos volvernos a Tandil ese día.
Levantamos el campamento, cargamos las motos y salimos a la ruta con bastante calor. Dado el fiasco de la ruta de ida decidimos volver por Coronel Suarez, para repostar en San Eloy en el cruce de la RP 85 y RP 76 donde ya empezó el frío viendo señales de lluvia hacia el sur.
A partir de allí cada vez hizo más frío y llegamos a Tandi ya con noche cerrada y bastante congelados.
Ambas motos se portaron a la altura de las circunstancias e hicieron sin problemas los 802 kilómetros que recorrimos.
Hubo mucho turismo en moto este finde, en Carhué además de los del camping vimos muchos otros y en la ruta nos cruzamos por lo menos con cuatro o cinco grupos. Cerca de San Eloy nos cruzamos con una chopera muy grande tipo Harley Davidson que arrastraba un trailer de una sola rueda.
Para el analisis queda si justificó hacer tantos km de ruta para ver lo que vimos. Como siempre es lindo salir en moto independientemente del destino, en este caso haber conocido el escenario de un drama humano, la buena onda con mi compañero de otra generación y el placer del campamento.
Saludos a todos,
GUIDO
Me da fiaca enderezarla, disculpen!